Estudio que analizó los casos de más de 300 mil gestantes en 29 países del mundo hizo “un llamado a la acción” sobre las consecuencias de esta afección
Estudio que analizó los casos de más de 300 mil gestantes en 29 países del mundo hizo “un llamado a la acción” sobre las consecuencias de esta afección
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Una investigación recientemente publicada en la revista científica The Lancet Global Health, indagó los riesgos de mortalidad de mujeres embarazadas vinculados a los casos más graves de anemia. Este estudio, liderado por la Universidad Queen Mary de Londres, reveló que las mujeres embarazadas que padecen de anemia grave tienen dos veces más probabilidades de fallecer durante la gestación o en la semana posterior al parto que aquellas que no poseen esta condición.
Para alcanzar estos resultados, fueron analizados los datos de 312.281 embarazadas provenientes de 29 países de América Latina, África, Pacífico Occidental, Mediterráneo Oriental y Sudeste Asiático. De ese total, 4.189 tenían anemia grave (hemoglobina menor de 7 g/dL.), mientras que el resto (8.218 mujeres) no tenía ese tipo de anemia. Cotejando la data, los investigadores hallaron coincidencias entre la cantidad de fallecidas y los factores de riesgo asociados a la anemia, inclusive entre mujeres provenientes de sectores geográficos distintos y con diversos niveles de acceso a la salud.
El estudio, que lleva por título “Anemia materna y riesgo de mortalidad: un llamado a la acción” pretende recordar la importancia de los controles prenatales y de la asistencia en nutrición con hierro a las mujeres embarazadas para reducir los posibles riesgos para ella y su bebé. En el resumen de la publicación, detallan: “se sabe mucho sobre las consecuencias de la anemia durante el embarazo, incluidos los mayores riesgos de bajo peso al nacer, nacimientos prematuros, mortalidad perinatal y mortalidad neonatal. La anemia también aumenta el riesgo de muerte de la madre durante y después del parto”.
La relación entre la anemia y las muertes de las futuras madres fue sustentada en el estudio con la posibilidad de ocurrencia de un shock circulatorio. La anemia severa puede provocar descompensación circulatoria, aumento del gasto cardíaco, aumento del riesgo de hemorragia y disminución de la capacidad de tolerar la pérdida de sangre, lo que produce shock circulatorio y muerte.
Los investigadores españoles Javier Zamora y Borja Manuel Fernández formaron parte del equipo que llevó a cabo el estudio y declararon a que “la anemia en el embarazo es uno de los problemas médicos más comunes que padecen las mujeres independientemente del nivel de renta de los países. Hemos mostrado que si una mujer tiene anemia en algún momento de su embarazo o en los siete días posteriores al parto, tiene un mayor riesgo de morir, lo que sugiere que el tratamiento urgente es muy importante”.
Cifras de la Organización Mundial de la Salud señalan que “la anemia afecta en todo el mundo a 1.620 millones de personas, lo que corresponde al 24,8% de la población”. De ese total, detallan que las mujeres son las más afectadas a nivel global, con una existencia promedio de 468 millones de casos en mujeres no embarazas y 56 millones en mujeres que se encuentran en estado de gestación.
En Argentina, la Fundación Argentina contra la Anemia y la Federación Argentina de Sociedades de Ginecología y Obstetricia realizaron un estudio entre octubre de 2004 y abril de 2005, que contó con 2.097 embarazadas internadas para el parto en hospitales públicos de ocho provincias del país. Los resultados revelaron que, para entonces, 39,5% de las madres eran anémicas. Entre ellas, 5,8% registraba valores menores a 9 g/dl de hemoglobina, lo que significa una anemia grave.
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