Este 14 de febrero se conmemora un nuevo Día Mundial de las Cardiopatías Congénitas. La efeméride, promovida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), busca visibilizar una serie de patologías que, a nivel global, se posicionan como las malformaciones congénitas más frecuentes. A pesar del notorio avance registrado en su manejo, persisten como un importante problema de salud pública para neonatos e infantes de América Latina.

Cada año, en la región, nacen alrededor de 54.000 niños con cardiopatías congénitas. Se estima que 41.000 de ellos necesitan algún tipo de tratamiento. Pero aquí, persiste bajo el número de afectados que requieren una intervención quirúrgica temprana y, efectivamente, logran acceder a ella. Según algunos expertos, la fecha puede ser útil, entonces, como un llamado de atención. También, para la puesta en marcha de acciones que permitan reducir el impacto y la morbimortalidad de estas enfermedades. En ese sentido, el tamizaje de los recién nacidos con oximetría de pulso ha demostrado ser un método eficaz.

El tamizaje prenatal impactó en las cardiopatías congénitas

La Dra Lizeth Alejandra García Chávez es integrante de la Universidad de Las Américas (Colombia). Además, es primera autora de un artículo publicado durante 2022 en la revista Ciencia Latina. Allí se destaca el importante papel que ha tenido el empleo de la ecocardiografía fetal en el tamizaje prenatal. En sus diferentes modos y aplicaciones resulta capaz de brindar un diagnóstico prenatal de las cardiopatías congénitas en un 95% de los casos.

Dicha técnica de tamizaje prenatal -sumado a mejoras en los cuidados neonatales y en el tratamiento médico y quirúrgico de las cardiopatias congénitas- ha permitido mejorar las tasas globales de supervivencia en esta población.

“En el pasado, más de una tercera parte de los enfermos fallecían durante la primera semana de vida y solo la mitad lograba ser examinada por un cardiólogo”, se recuerda en el artículo.

Pero, a pesar de los avances, todavía persiste un infradiagnóstico de estas patologías. Por ejemplo, en los Estados Unidos, cada año alrededor de 300 recién nacidos reciben el alta médica sin la identificación de una cardiopatía congénita. En América Latina las limitaciones se dan por una baja disponibilidad de la ecocardiografía fetal en algunos países.

La oximetría de pulso es útil en el diagnóstico neonatal

Una alternativa más sencilla, que se propone como método de tamizaje en recién nacidos, es la oximetría de pulso. Dicha prueba, no invasiva y de bajo costo, facilita la detección de cardiopatías congénitas. Permite evaluar la saturación de oxígeno, además de controlar la frecuencia cardíaca y la amplitud del pulso. Se realiza habitualmente en todos los neonatos entre las primeras 24 a 48 horas de vida, o una hora antes del egreso hospitalario. Son varios los estudios que dan cuenta de la elevada especificidad y la baja tasa de falsos positivos que tiene el procedimiento.

El éxito de esta técnica radica en que logra identificar recién nacidos con cardiopatías congénitas críticas. Son enfermos que requerirán una intervención quirúrgica ya durante el primer año de vida. “Tiene el objetivo de detectar de manera precoz signos clínicos en pacientes, para que puedan recibir un tratamiento especializado oportuno, prevenir secuelas o discapacidades y evitar una muerte temprana”, comenta en el trabajo la Dra. García Chávez. La reducción de las muertes infantiles con la oximetría de pulso, según un estudio, alcanza el 33%.

Algunas cardiopatías congénitas se caracterizan por la ausencia de manifestaciones clínicas que permitan diagnosticarlas durante los primeros días de vida. A veces la sintomatología acompañante puede llevar a la confusión con alteraciones pulmonares, o infecciosas. Todo esto desencadena demora diagnóstica en la práctica diaria y un peor pronóstico para los pacientes con cardiopatías congénitas que viven en Latinoamérica. “Se debe llamar la atención acerca de la necesidad de una mayor implementación del tamiz neonatal con oximetría de pulso, especialmente en países en vías de desarrollo”, concluyen en el artículo.