Hoy se celebra en Argentina el Día de las y los Pediatras. Se trata de una fecha muy especial, en un año muy peculiar. Este 2020 ha planteado un escenario de gran complejidad para los profesionales de la salud. Han proliferado constantes informaciones sobre la evolución del coronavirus SARS-CoV-2, medidas de prevención y estudios sobre el impacto de la COVID-19 (en niños y adultos) que luego fueron confirmados o refutados. Los sanitarios y también la población en general han aprendido a convivir con la incertidumbre.

La médica pediatra Carla Orsini expresa que, en este contexto, “el mayor desafío es mantenerse sana y conciliar la maternidad y la profesión”.

La doctora Orsini agrega que, como médica, debe estar disponible las 24 horas. Pero, a las exigencias de su profesión, además debe sumarle las de su vida personal: la realización de múltiples trabajos y el acompañamiento a sus hijos para que efectúen sus tareas escolares.

Sin embargo, el médico pediatra y emergentólogo Patricio Cascallar sostiene que es necesario pensar el actual escenario como un punto de partida para lograr cambios profundos dentro de la pediatría. “La sociedad pide pediatras modernos y actualizados en los aspectos de mayor acompañamiento familiar: lactancia, puericultura, alimentación saludable y, por supuesto, reclama cuando no es así”, asevera el especialista.

En este sentido, añade que, afortunadamente, son muchos los pediatras que se forman y actualizan para mejorar los estándares de atención. “Por eso, mi desafío es mantenerme actualizado, y, también, en el nicho de las emergencias pediátricas, poder otorgar la mejor atención al paciente crítico”, asevera el profesional. 

Además de atender a sus pacientes, el doctor Cascallar dicta, desde hace un año, un taller de primeros auxilios para familias de niñas y niños pequeños. La iniciativa busca informar sobre cómo atravesar y resolver crisis de ahogo u otros cuadros.

– ¿A lo largo de este año, han disminuido las consultas a pediatras o se han sostenido?

-P.C: La pandemia conllevó, en Argentina, la implementación de una política de cuarentena en forma temprana. Gracias a ella, las/los/les niñas/os/es se enfermaron menos. Por lo que venimos viendo en las guardias, no solo en Argentina sino en países vecinos con los que tenemos comunicación los especialistas en emergencias, las consultas han disminuido notoriamente.

Como reflexión me planteo constantemente lo necesarias que son las políticas de prevención para evitar que sufran bronquiolitis los menores de dos años. Una forma de lograrlo sería que circulen menos en la época invernal.

– ¿Cuáles son las principales problemáticas que observa en las consultas? 

-C. O: Las familias consultan por temas como la lactancia, alimentación complementaria y comunicación de límites. 

– P.C: Actualmente, en el sistema público y, en particular, en la zona donde ejerzo, se observa la falla en la atención primaria. Existen muchos pacientes menores de un año sin controles de salud, es decir que no han sido evaluados previamente por algún pediatra.

El contexto es claro y determinante: todos los sistemas están abocados al diagnóstico y eventual tratamiento de la COVID 19.

– En su mayoría, ¿los padres han sostenido el calendario de vacunas de sus hijos?

-C.O: Durante la pandemia, han disminuido los controles de salud, sobre todo en el caso de los niños mayores de un año. Por eso, actualmente se han flexibilizado las recomendaciones y todos los niños y familias pueden asistir a los controles periódicos. Es importante realizar estas consultas, que no consisten únicamente en pesar y medir, sino en valorar el desarrollo, crecimiento y maduración de un bebé o niño en forma integral. 

También ha disminuido drásticamente la cobertura de vacunas. Estas son un servicio esencial y obligatorio. Es necesario tener en cuenta que no todo es COVID-19. Si bajan las coberturas de vacunación de enfermedades corremos el riesgo de que comiencen a circular. Por eso, el Estado debe proveer lugares seguros, confiables y rápidos para que la vacunación pueda realizarse.

-P.C: Los pacientes con los que tenemos contacto han logrado, en su mayoría, sostener la vacunación. Los casos varían; algunos han realizado una actualización completa mientras que otros se encuentran demorados o atrasados, pero la población generalmente se preocupa por la prevención de las enfermedades prevenibles por vacunas.