Este 6 de noviembre se conmemora en todo el continente un nuevo Día contra la Malaria en las Américas. La fecha, instaurada por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), tiene durante 2022 el lema: “Lograr la meta de malaria cero”. Desde la entidad creen que la efeméride es una oportunidad para incrementar la participación de diversos actores en la lucha contra el paludismo. Sucede en medio de una desaceleración del progreso obtenido durante décadas pasadas en Latinoamérica.

¿Qué dicen las estadísticas de malaria en América Latina?

Alrededor del 0,3% de los casos de malaria del mundo tienen lugar en el continente americano. En líneas generales la región ha logrado en el periodo 2000-2020 importantes reducciones de la carga que produce la enfermedad. La incidencia de casos pasó de 14,1 a 4,6 por cada 1.000 habitantes en riesgo. Mientras que la incidencia de la mortalidad cambió de 0,8 a 0,3 muertes por cada 100.000 habitantes en riesgo.

Pero el impacto en Latinoamérica sigue siendo desigual. En la actualidad tres países (Brasil, Colombia, Venezuela) concentran el 77% de los casos. En Venezuela, lamentablemente, durante las últimas dos décadas se ha visto un un incremento notorio en las estadísticas. Los casos de malaria pasaron de 35.500 en el 2000 a más de 467.000 en 2019. Sin embargo, durante 2020 los casos volvieron a caer a un poco más de la mitad (232.000). Esto se cree que en parte es debido a las restricciones impuestas por la pandemia de COVID-19. Otros países del continente, como Bolivia, Haití, Honduras, Nicaragua y Panamá, también registraron incrementos sustanciales en el número de casos durante 2020.

Durante el periodo 2015-2021 tres estados latinoamericanos han recibido la certificación libre de malaria. Son Paraguay, Argentina, y más recientemente El Salvador. Se espera que pronto a esa lista se sume Belice. Aún en 18 países de la región la malaria persiste como patología endémica.

Aumenta la malaria gestacional en Ecuador

La malaria o paludismo gestacional se ha definido como la presencia del parásito Plasmodium en sangre periférica materna, o el hallazgo del agente directamente en la placenta. Resulta un importante problema de salud pública y ha sido asociado a elevada morbimortalidad en madres y recién nacidos. Durante el embarazo se desencadena un incremento en la susceptibilidad a la malaria. La infección es aquí capaz de generar retraso en el crecimiento intrauterino y niños o niñas con bajo peso al nacer, entre otros trastornos. En tanto que las mujeres embarazadas tienen también mayor riesgo de sufrir complicaciones, como por ejemplo anemias más severas.

Un trabajo publicado este año en la revista Biomédica da cuenta de un aumento en el reporte de casos de malaria gestacional para Ecuador. El estudio lleva la firma en primer término de Angela Bracho, investigadora de la Universidad Técnica de Manabí (Ecuador). Allí se comenta que en el país se reportaron 46 casos de dicha patología durante el periodo comprendido entre 2015 y 2018. Con la particularidad que ese incremento registrado fue exponencial: para 2015, 4 casos (8,7 %), en 2016, 7 casos (15,2 %), en 2017, 14 casos (30,4 %) y finalmente en 2018, 21 casos (45,7 %). El impacto fue mayor en mujeres con edades comprendidas entre los 20 a 29 años y durante el segundo trimestre de gestación.

En las conclusiones del artículo se recomienda poner un mayor énfasis en la prevención de la infección. Según los autores, el grado de endemicidad de la transmisión de la malaria influye de manera directa en la epidemiología de esta complicación durante el embarazo. Además, comentan que la malaria en Ecuador ha sido uno de los mayores problemas de salud pública en vastas extensiones del territorio, con focos endémicos de alta transmisión que persisten en el norte del Litoral y el norte de la Amazonía.

 Latinoamérica: es necesario actuar con urgencia

Ecuador también ha logrado un descenso del número de casos desde 2002. Pero el Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Malaria del Ecuador (SIVEMAE) -en sintonía con lo que sucede en el resto de la región- ha detectado incrementos en los reportes para el periodo 2014-2017. De todos modos, es uno de los países que ya marchan hacia la eliminación del paludismo.

Para cumplir con importantes metas globales la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha pedido este año por una intensificación en las estrategias para erradicar el paludismo. Apuesta a la investigación y el desarrollo de vacunas contra la malaria, más medicamentos antipalúdicos, nuevas tecnologías para el control de vectores, e innovaciones para combatir la resistencia de los mosquitos a los insecticidas.

Para la OPS, las estadísticas en la región llaman a redoblar los esfuerzos en la lucha contra esta enfermedad. Considera vital que las intervenciones de prevención, diagnóstico y tratamiento estén adaptadas a los contextos locales. “Es necesario actuar con urgencia para reanudar la respuesta a la malaria”, comentan desde la entidad.