Se busca detectar proteínas afectadas por la oxidación y la glicación, cuyos niveles son mucho más elevados en niños con TEA
Se busca detectar proteínas afectadas por la oxidación y la glicación, cuyos niveles son mucho más elevados en niños con TEA
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De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, uno de cada 160 niños en el mundo posee algún tipo de trastorno del espectro autista (TEA). Estas condiciones suelen presentarse a partir de los primeros cinco años de edad y extenderse hasta la adultez con síntomas caracterizados por algún grado de alteración del comportamiento social, la comunicación y el lenguaje, y por un repertorio de intereses y actividades restringido, estereotipado y repetitivo.
Hasta el momento, el diagnóstico de los TEA responde exclusivamente a la observación y evaluación clínica de los síntomas físicos y conductuales del niño, a través de la interacción multidisciplinaria de especialistas en la materia. Ahora, por primera vez, la medicina plantea una manera de identificar la presencia de algún tipo de TEA a través de la química, con un examen que no solo podría ser más efectivo sino también más rápido en cuanto al diagnóstico.
Investigadores de la Universidad de Warwick en Coventry, en Reino Unido, encabezaron un estudio internacional para desarrollar un sencillo test de sangre y orina que permite identificar la presencia de los TEA en los niños.
Publicada este febrero en la revista científica Molecular Autism, la investigación arrojó que una mayor presencia en el plasma sanguíneo de proteínas dañadas por la glicación y la oxidación se encuentra asociada a la existencia de alguno de los TEA.
Para realizar este hallazgo, el equipo contó con la participación de 29 niños y 9 niñas de la comunidad de Bolonia, Italia, con edades comprendidas entre 5 y 10 años, que habían sido diagnosticados previamente con algún tipo de TEA; así como con una muestra de control sano de 23 niños y ocho niñas de entre 6 y 11 años pertenecientes al mismo territorio geográfico, que no poseían ninguno de los trastornos. A todos se les tomó muestras de sangre y de orina que luego fueron analizadas y comparadas a través de un desarrollador de algoritmos web, el cual les permitió encontrar similitudes y diferencias químicas entre los grupos.
El resultado, cita el estudio, fue que lo niños con TEA, “tenían un aumento en los productos de glicación avanzada, Nε-carboximetil-lisina y Nω-carboximetilarginina y un mayor marcador de daño por oxidación, ditirosina, en proteína plasmática, con respecto a controles”.
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Con esta información en las manos, procedieron a desarrollar variedades de tests entre los que, el más fiable, fue el diseñado para detectar los niveles en plasma de la ditirosina y de la glicación avanzada.
De acuerdo con el diario ABC, Naila Rabbani, directora de la investigación, asegura que este “hallazgo puede facilitar un diagnóstico e intervención más tempranos. Además, esperamos que nuestros test también revelen nuevos factores causantes de los TEA. Y es que realizando más pruebas podremos identificar patrones específicos en el plasma y la orina o ‘huellas dactilares’ de compuestos con modificaciones dañinas, lo que nos ayudará a mejorar el diagnóstico de los TEA y abrirá la puerta a la identificación de causas aún no descubiertas”.
El siguiente paso, indican los autores, “será repetir el estudio con otros grupos de niños para confirmar el buen rendimiento diagnóstico del test y evaluar si puede identificar los TEA en etapas mucho más tempranas, predecir si el trastorno progresará a una forma más grave de enfermedad, y analizar si los tratamientos están funcionando”.
En Argentina no existen, en la actualidad, estadísticas definidas sobre la cantidad de personas que padecen de TEA. Sin embargo, con la intención de proponer un panorama sobre el tema en el país, el médico psiquiatra Sebastián Cukier, coordinador del área de Investigación de PANAACEA (Programa argentino para niños, adolescentes y adultos con condiciones del espectro autista), declaró a Infobae en 2017 que, considerando que el promedio de los estudios epidemiológicos mundiales ubican la prevalencia del autismo en un 1%, “se presume que en nuestro país habría unas 400 mil personas con TEA, que es una cifra bastante elevada”.
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