Científicos estadounidenses investigan la efectividad de fotosensibilizadores con nanopartículas de metales para que el oxígeno de las células destruya a las bacterias
Una nueva alternativa para combatir a las bacterias resistentes a los antibióticos ha sido propuesta por científicos de la Sociedad Americana de Química en uno de sus más recientes estudios.
La investigación consistió en la búsqueda de una opción diferente para hacer frente a esas poderosas bacterias que hacen cada vez más complicada la administración efectiva de tratamientos comunes a los pacientes. A sabiendas de que algunos fármacos no han hecho sino fortalecerlas, estos investigadores se enfocaron en idear un ataque menos convencional contra las bacterias, y declararon haber obtenido resultados positivos con la utilización de fotosensibilizadores.
El procedimiento, probado con éxito en distintas variedades de bacterias, consiste en la aplicación de una luz dirigida que consigue activar el oxígeno de las células para que este, finalmente, elimine a las bacterias resistentes.
Pen Zhang, autor del estudio, describió la técnica en una entrevista concedida a la agencia de noticias Europa Press, donde declaró: “en lugar de recurrir a los antibióticos, que ya no funcionan contra algunas bacterias como el ‘Staphylococcus aureus’, utilizamos fotosensibilizadores, en su mayoría moléculas de tinte, que se excitan cuando se iluminan con luz. Entonces, los fotosensibilizadores convierten el oxígeno que ataca a la bacteria”.
Basados en los buenos resultados que comprobaron con estrategia, los científicos decidieron potenciar el efecto para encontrar la manera más eficaz de acabar con las bacterias. Fue así como emprendieron el diseño de un fotosensibilizador híbrido que incluye nanopartículas de metal noble antififílicos (capaces de atrapar a los fotosensibilizadores moleculares) y que tiene el potencial de dispensar agua.
De acuerdo con Zhang, la utilización de las nanopartículas hizo que este prototipo fuera realmente eficaz, porque éstas ayudan a concentrar los fotosensibilizadores para realizar un golpe más localizado, y promueve la generación de variedades de oxígeno más reactivas, gracias a su efecto de mejora plasmónica. Así pues, esta versión fue considerada en el estudio como la más efectiva para hacer frente a las bacterias resistentes a los antibióticos, en comparación con otros fotosensibilizadores sin nanopartículas metálicas.
“Si quieres atacar un castillo, y dejas que todas estas personas ataquen individualmente, no es muy efectivo. En cambio, si tienes el mismo número de personas agrupadas atacando el castillo en un punto, es posible causar más daño“, señaló Zhang.
La resistencia a los antibióticos ha sido calificada por la Organización Mundial de la Salud como una de las mayores amenazas para la salud mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo.
El Sistema Mundial de Vigilancia de la Resistencia a los Antimicrobianos de la Organización (GLASS, por sus siglas en inglés) informó en enero de 2018 sobre la presencia generalizada de resistencia a los antibióticos en muestras de 500 mil personas de 22 países en las que se sospechaban infecciones bacterianas.
De acuerdo con la OMS, la resistencia a los antibióticos “está aumentando en todo el mundo a niveles peligrosos. Día tras día están apareciendo y propagándose en todo el planeta nuevos mecanismos de resistencia que ponen en peligro nuestra capacidad para tratar las enfermedades infecciosas comunes. Un creciente número de infecciones, como la neumonía, la tuberculosis, la septicemia, la gonorrea o las enfermedades de transmisión alimentaria, son cada vez más difíciles —y a veces imposibles— de tratar, a medida que los antibióticos van perdiendo eficacia”.
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